LA HILERA

12:41


En un prado desbordado
en mi desvariado,
siembro almacigos de piel,
cada día; pero nunca brotan!
se ve sólo un pequeño verso
que deja al rocío sin gotas.
Riego, separo la maleza, fertilizo...
y, de a poco, me doy cuenta que en este huerto sólo yo existo;
desnudo, como hablando sílabas y contando las notas.
Estoy solo, como esperando,
descubriendo claros que me cortejan;
nadie más que yo, en silencio, tildándome como nadie jamás pudo.
Yo, velludo, herbívoro correcto
arsenal de días sin proyectos
sentado, alado con fuego,
hirviendo por dentro
separándome de mi cuerpo,
como si Shakespeare hubiese escrito este cuento.
Las ortigas son caníbales,
se atacan, destrozan y mutilan las unas a las otras
y no son pocas las que se cuadrifican con almíbares,
se pelean por ganar la batalla de la piedra y la bota.
Hay algo extraño en el aire
hay zumbidos colectivos en la acequia
recuerdo lo que me enseñó mi padre:
"las girafas comen látex cuando les presentan tus excequias"
No sé como hacer para que mi hilera brote,
que todos los trenes sembrados en forma vertical se vean del mismo porte,
(y que nadie lo note).
Hay alguna plaga extraña somatizando mis frutos,
con sus hambres arraigadas desde lo más profundo.
Y a cada segundo le he puesto un nombre:
niño, malguano, piano, lantano, desprecio toscano,
chicano manzano, pitreo-metano...
Ninguno me habla, pero imagino sus voces,
igual que cuando niño iluminaba mis lirios con los primeros roces.
Cuando mi cuerpo sea celeste,
seré una fotografía nómade
yo seré el fertilizante de estas semillas hiladas,
las cubriré con mi fealdad para que crezcan deslenguadas;
y, para que se lleven bien en el suelo percolado,
que repitan: "cómanme, cómanme"
Sólo estoy imaginando,
ideando las formas de mis plantas pasajeras,
sigue mi huerto vacío,
como adornado con iones de esferas
ni siquiera hay un doble, un simple o un mimbre
menos dos ojos ciegos que del luto me libren.
Yo soy el espanta-pájaros sin alas
soy como el río que no suena porque no trae piedras
o como la flama que arde en listas malas,
en contacto directo con mis llagas tetraedras.
Sigo esperando que germinen los globos aerostáticos
aunque me abrase la grieta, convierto el espanto en un masaje tántrico
y me voy olvidando de las nuevas nadas noticias
que el primer dibujo cespitante dé su primicia!
Que se asome desde el fondo de la tierra
y que riegue mis plantas y que aloguen la guerra
si puedo explicarle a los rayos del sol
que alumbren mi juerga con el sostenido y el bemol,
o mejor se atrapen en el arreból de la decadencia impune,
así no le daré explicaciones a la piedra lisiada soluble
vengan a la vuelta, que riego mi huerta
expriman mis lagrimales nutridos a vendas
no voy a huir de mi placenta
ni a graficar una cuenta de crimen sin recurso,
estoy seguro de que soy un buen verdulero a la puerta
obviamente, sino se estrican las orcas en mi prepucio ojienjuto.

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