Andhelo

18:00

Si te esperáse un instante
me hablarías de las convicción de los genes.
Estamos aparte, anudados con palabras obvias, y eso me aburre...
no me gustan los te quieros ni los te extraños,
dejé de consumir esas palabras hace ya mucho.
Lo demás del crujido constante, mejor ni mencionarlo;
lo del cerebro incandescente, ni contarlo ni sentirlo.
Las letras son estrellas, 
las palabras constelaciones,
los poemas de amor son como la luz de la luna:
brillan demasiado y opacan mi noche.
El sol del alba llama a anupciar el turno,
a sabotear esa águila que caza en la sed,
a compartir de esos huesos heridos y reparados con venas líquidas.
Cuando caen las hermanas desmayadas por el frío y/o me ausento,
es cuando mejor se ven tus ojos, austeramente crudos.
Los míos arden con una lágrima ácida 
sollozo impares de primos con saltos cuánticos en el espacio,
en el tiempo ido, aniquilado por los recuerdos plasmáticos o elecedédicos.
La única cabeza que tengo es que te quedaste en la silla de papel,
escribiendo lo que no existe,
como lo hago hoy
Sintiéndome como un elástico de mi serebrio...
Puedo quemar mi donativo con los tallos pandémicos?
Porque no puedo ser como las olas de la risa que golpea en las rocas,
y espantar esos lobos marinos que muerden y gritan,
que aplastan la madriguera del consejo.
A poco entendedor muchas Palabras Inconexas... como huevos ojoides,
como llamas esperando la semblanza del viento fuerte... Sólo así, 
como el cemento llano con espinas
como tu casa y la mía
como mi olor a arriendo de pus
como tu ladrido hermoso en mi ceguera fúnebre...
Esperando encontrar la ruta al puerto usb de tu cuerpo.



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