Separaz

18:04

Y me separo de mi cuerpo,
dormido en espasmos, adelantado a su época.
Me tengo en manos de mi frente
soy como la pluma decidida a colorear el destino
el desaparecimiento de mi anzuelo en mi occipucio.
La estela marchita en el mar de la sedación,
el fractal de la oveja hiere mi agua
digo no, dramáticamente no.
La sedición de mi acera se nutre en gran parte de mi color,
se baña en el frío abúlico y realiza la fotosíntesis con la tara ancestral,
me bajo de este; puente no hay llamas
Un río de piedras como explosiones
deshollando trucos con alevosía.
Cada quién vela sus propios cimientos
o hierve invocando a un trabalenguas dúctil,
pero el invierno brota de la hoja como miedo de la sien.
Y duele, el desvarío, la tela de mármol, el haz de luz de planes.
Cuesta pagar el arriendo de quietud o amoldarse a lo que queda,
brillar con luz propia bajo el alero de groserías ansiosas,
quemadas.
Demasiado aturdidas por la franja esqueolírica.
Separado por moléculas, envenenado por mis cepas
así  marcho, asinado en mi cabello.

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